Con el aplauso cómplice de los empresarios y el aval especulativo de cierta dirigencia gremial, el gobierno ha ejercido una feroz intervención sobre la paritaria que ellos mismos tantas veces se vanagloriaron de exhibir. En ese afán de mezclar conceptos y situaciones que utiliza como un ariete, intenta confundir y mostrar una realidad que solo existe entre las cuatro paredes de sus despachos, atentando contra la única herramienta que posee el trabajador para participar de la riqueza que genera con su esfuerzo.
Hace algún tiempo atrás la Presidenta, en la Universidad de Harvard ante la consulta de una estudiante, advirtió que con una inflación del 25 % el país estallaría por los aires. Todos sabemos que la inflación trepó por arriba de esa cifra, todos menos el Ministro de Matemáticas que insiste en demostrar la exitosa gestión de este tramo de la economía.
Cada vez más la mentada vigencia de un “modelo productivo con inclusión” se limita a convalidar una lógica puramente capitalista que sostiene el complejo automotriz o de ensamblaje, mientras, es incapaz de parir una industria ferroviaria. Más aún, No está en sus prioridades recuperar la industria naval, luchar seriamente contra el narcotráfico o tener un plan que termine con la precarización laboral.
Este gobierno presenta su gestión como prescindente de trabajadores y empresarios cuando, en realidad, es un clásico ensayo de maquillar el giro conservador de los últimos años de su gestión.
El accionar sobre las discusiones paritarias imponiendo topes o los arreglos entre bambalinas es muestra concreta de ello. Toda forma parte del doble discurso.
Al mismo tiempo que silenció la manda constitucional sobre la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, mantiene impuestos regresivos (IVA y 4ta. Categoría), la discriminación en asignaciones familiares y se niega a reconocer el costo real de la canasta familiar.
El enredo fenomenal en el que se ha metido, defendiendo posturas que antes había advertido como solo realizables por políticos de derecha, es absolutamente visible. Así las cosas, ahora han decidido atacar el salario haciéndolo responsable del aumento de la inflación. En esa aventura cuentan con la complicidad coyuntural y con el discurso más recalcitrante del poder empresarial y coinciden en poner techo a la recuperación salarial.
No es inocente que hablen de inflación y no de “pérdida del poder adquisitivo”. Esta última es la que los gremios tenemos en cuenta para discutir salarios. La inflación podrá “aquietarse” en un numero más o uno menos, pero el poder adquisitivo del salario viene de tres años consecutivos de pérdida contra el aumento de precios. El último saldo negativo ha sido de entre 4 y 6 % y, para los sueldos impactados por el impuesto a las Ganancias, la merma fue de entre 9 y 12 %. Si la única idea que se les cae (“para aguantar los trapos” hasta Diciembre) es bajar las expectativas de consumo para que, al existir menor demanda, bajen los precios, les pedimos que no lo hagan con el salario. La mitad de los trabajadores regularizados de la Argentina gana un promedio de $ 6.000,00, 25 % menos del valor de una canasta básica de pobreza. Ya lo dijimos, este país no es pobre, sólo que han persistido en la inequitativa distribución de la
riqueza. Los que más ganan siguen siendo los mismos. Los que menos, también. Iguales actores, las mismas reglas, idénticas consecuencias
“¿En qué mundo viven?”, pregunta la Presidenta. En el mismo que usted señora, solo que aquí abajo todo se ve de otro modo. Más real, más injusto, más feo, más duro. Un mundo, para usted subterráneo, en donde los más pobres son casi el 28 % de la población y en el cual más de 2,5 millones de personas comen salteado. En donde la droga no puede ser una cuestión dialéctica sino una acción firme del Estado. La vida de nuestros pibes se va en esa elección.
En este lugar vivimos, aquí abajo. Solo se trata de bajar un poco la vista, entrecerrar los ojos para acostumbrarse a la penumbra… y ver.
Ver con humildad como ud. misma dice, con grandeza, sin agresión, ver y aceptar otra mirada diferente a la suya. Al final de todo vivimos en el mismo lugar solo que sufrimos distintos padecimientos.
Por eso la CGT ratifica la agenda por:
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Paritarias libres SIN PISO NI TECHO.
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Aumento de emergencia para los jubilados, actualización del mínimo vital y móvil.
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Reforma tributaria para terminar con los impuestos regresivos (IVA y 4ta. Categoría)
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Devolución de los fondos de las Obras Sociales.
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Inmediata puesta en marcha de un plan de erradicación del narcotráfico y la inseguridad.
Y CONVOCA A UN PARO GENERAL DE 24 HORAS EN TODO EL PAÍS EL 9 DE JUNIO DE 2015.
DECLARACIÓN DEL PLENARIO DE ORGANIZACIONES SINDICALES – CTA (Pablo Micheli) CGT (Hugo Moyano) CGT Azul y Blanca (Luis Barrionuevo) - CATT