Los pobres no pueden esperar. La dignidad de cada uno y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica. Se trata, en primer lugar, de la inclusión social de los pobres y, luego, de la paz y el diálogo social. La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar... Todavía hoy muchos niños son explotados, maltratados, esclavizados, objeto de violencia y de tráfico ilícito”. Papa Francisco