En los años 90, la Unión de Empleados de la Nación -junto al MTA- resistía la flexibilización laboral y denunciaba el carácter inconstitucional del traspaso de la Justicia Nacional del Trabajo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A su vez, esta Organización Sindical dejaba en claro su verdadero objetivo: garantizar la violación de los derechos humanos de los trabajadores/as, consagrados por nuestra Constitución Nacional y diversos Tratados Internacionales suscriptos por nuestro país, olvidando que los derechos deben ser progresivos y no regresivos.