El 10 de diciembre de 2015 asumió un nuevo gobierno, muchos Argentinos depositaron las esperanzas en un cambio positivo que viniera a corregir lo que estaba mal y a sostener lo que estaba bien. Que viniera a luchar enérgicamente contra la inflación que se come el sueldo de los trabajadores. Que viniera a pelear frontalmente contra la pobreza y que viniera a dotar a la República de mas institucionalidad.
Creíamos y creemos en la necesidad de una Argentina de encuentro y dialogo institucionalizado, sustentable en el tiempo, en una mesa a la que se debe convocar a TODOS, tal cual lo reclama el Papa Francisco.
Hoy se cumplen 3 años del magnicidio del Fiscal Federal D. Natalio Alberto Nisman. Este brutal hecho a menos de 48 hs de su comparecencia ante el Congreso de la Nación tuvo impacto no sólo nacional sino internacional, generando un grave precedente de hasta donde es peligroso para los agentes de la Justicia Argentina cuando enfrentan el accionar de las mafias, al crimen organizado y al Poder.
Tras una semana de violencia para el conjunto de los argentinos y terriblemente desafortunada para los jubilados actuales y futuros, los judiciales vemos con honda preocupación el escenario que se abre. Dos días después de aprobada la reforma previsional, en la legislatura bonaerense se inició una avanzada sobre las jubilaciones del BAPRO y tienen en carpeta modificaciones –nunca santas- a las jubilaciones del resto de los empleados de la Provincia (maestros, municipales).
Ya sabemos qué quiere el gobierno que piense la sociedad de los judiciales:
del horario, la feria, el régimen de licencias; de ganancias, del 82% y de nuestros salarios.