Se modifica el estatuto de la Obra Social pero los/as judiciales seguimos esperando

La Corte Suprema modificó el Estatuto de la Obra Social para derribar las autocráticas facultades extraordinarias del Director General que, hasta hoy, seguía siendo Tonón.

Desplazado de tal rol, seguirá sin embargo integrando el Directorio, a pesar de las múltiples acusaciones que pesan en su contra.

Si bien la reforma es un pequeñísimo avance en el sentido de la democracia interna de las decisiones, los/as trabajadores/as insistimos en que NO HABRÁ UNA VERDADERA DEMOCRACIA HASTA QUE SE CONSOLIDE NUESTRA PARTICIPACIÓN EN EL DIRECTORIO.

La OSPJN no es una Prepaga con fines comerciales; no precisamos Gerentes ni CEOS; es una Obra Social que como todas se rige por el principio de solidaridad hacia el supremo fin del bienestar de la comunidad de trabajadores/as judiciales principalmente en lo que hace a su salud.

Conocer y expresar los intereses y necesidades de los/as judiciales es algo que anida en la organización de éstos, por mandato popular y por atributo legal conforme la Ley de Asociaciones Sindicales. Desconocer a los trabajadores organizados es negar su principal y más democrática fuente de legitimidad. Debemos tener nuestros propios representantes para transmitir nuestros intereses participando en la elaboración de las decisiones. Máxime sabiendo que solo nosotros podremos aportar el equilibrio entre los intereses individuales y los del conjunto y ser implacables frente a los intereses del lucro que muchas veces empañan la administración en salud.

NUESTRA EXCLUSIÓN de la participación no solo es una condena al fracaso de cualquier gestión, sino que tiende un ENORME MANTO DE SOSPECHAS SOBRE LO QUE SE HACE A NUESTRAS ESPALDAS.

POR UNA OBRA SOCIAL DE Y PARA LAS TRABAJADORAS Y TRABAJADORES JUDICIALES

La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.