"La principal preocupación de la gente: la plata no alcanza. El año pasado hubo grandes sectores de trabajadores que perdieron respecto a la inflación. Hay una doble pinza, la inflación por un lado y la presión tributaria, con el impuesto al trabajo, por el otro.
Todo el sistema tributario es inexplicable. Muchos festejaban con el fallecimiento de Martínez de Hoz diciendo que se terminaba el neolieralismo, pero la mayoría de las leyes troncales de su modelo siguen vigentes en la Argentina, a pesar de que vamos a cumplir 30 años de vuelta a la democracia. Esto es lo que más se nota y nos preocupa el discurso oficial cuando recomiendan a los dirigentes sindicales que protejan el trabajo, esto me hace acordar a la década del '90 cuando los pactos y acuerdos eran para generar empleo y el resultado era todo lo contrario.
Las políticas de ajuste no llevan a generar empleo, lo que genera más empleo es el círculo virtuoso de la economía: mayores salarios, más consumo, más producción, más empleo. Y creo que acá vamos por el camino contrario, con la tentación de echarle la culpa al empleo o al salario.
Hay un discurso absolutamente neoliberal y una tendencia a la precarización laboral y al trabajo esclavo. En lugar de avanzar en el trabajo decente, todo trabajo tendría que ser decente, registrado y con buenos salarios, hay una tendencia hasta alimentada por el Gobierno de no hacerlo.
La única forma que parece que el Gobierno encuentra de atacar la inflación es sacándole a los trabajadores."